domingo, 9 de febrero de 2014

Crónica III Carrera de Montaña Ciudad del Granito (Via Crucis por la Sierra de los Arrazauces)

Perfil de la carrera
Después de pensármelo mucho durante las semanas previas, decidí inscribirme en esta preciosa pero dura carrera de montaña. Las previsiones metereológicas anunciaban lluvia y viento (la enésima ciclogénesis tenía previsto deleitarnos con su presencia este loco domingo de febrero), por tanto, durante la semana me fuí mentalizando: tocaría tirar de épica. Llego a Quintana a las 10:00 h. de la mañana, una hora antes de la salida, y tras los pertinentes saludos a los conocidos que ya estaban allí, recojo el dorsal, me cambio tranquilamente y caliento un poco (ya habría tiempo de entrar en calor). El termómetro marcaba 7ºC, el sol ni estaba ni se le esperaba, y el viento se había colado en la fiesta, así que decido ponerme camiseta interior bajo la blanquinegra, manguitos, guantes y bandana para proteger el cuello. La salida se produce con puntualidad inglesa, y a las 11:00 de la mañana somos en torno a 80 l@s "loc@s" que nos dirigimos a conquistar (por dos veces) el alto de Cantalcuco y alguna que otra rampa más que también se las trae. La primera parte de la carrera es prácticamente llana y los que van a disputar la victoria final se destacan desde el inicio a buen ritmo. Mi paso por el km.5 lo hago en 20:14, a poco más de 4 minutos el kilómetro. No me había puesto ningún objetivo concreto en esta prueba, pero confiaba en terminarla por debajo de las dos horas y media, por lo que consideraba que ese ritmo estaba muy bien.
A partir del kilómetro 8 empieza la "diversión", giro a la derecha y a trepar. Cada paso suponía sumergir el pie en el barro, algo que a esas alturas era lo de menos, pues en la parte llana tuvimos que cruzar un par de arroyos que, debido a las últimas lluvias iban bien cargados de agua, por lo que los pies iban mojados y fresquitos. El paso por el kilómetro 10 lo hago en una hora, por lo que sigo dentro del ritmo "objetivo". Tras una zona preciosa repleta de subidas y bajadas por trochas y cortafuegos la fina lluvia que nos acompañó desde la salida se torna en un chaparrón de cierta intensidad que unido al viento que ya soplaba en contra hacía las "delicias" de los que somos más calurosos. En las bajadas recupero y, arriesgando bastante, aprovecho para adelantar a los corredores que me habían superado en las subidas. Ya bastante justo de fuerzas afronto la rampa que me llevará al último control de paso, llevo dos horas corriendo y estoy convencido que voy a entrar en meta en torno a 2:30...nada más lejos de la realidad. En la última bajada, la más técnica del recorrido, me lanzo pendiente abajo con todas mis fuerzas (las pocas que me  quedaban) y afronto la parte más fácil del recorrido, que para mí sería un auténtico castigo.
Me resbalo al pisar una piedra y noto un pinchazo en la parte posterior del muslo que me deja clavado y me obliga a terminar la bajada andando; adiós a la opción de recuperar posiciones, la hilera multicolor que me precede y que tengo "a tiro" gracias a la vertiginosa bajada que he hecho se aleja y les pierdo. Al llegar a la parte llana los calambres en ambas piernas y el pinchazo en el muslo me impiden correr y, prácticamente andar, y me planteo incluso el abandono, pero esa palabra no está en mi vocabulario: si me caigo diez veces...me levantaré once, así que me paro a estirar y poco a poco enfilo andando el camino hacia la meta bajo la lluvia y con el viento en contra mientras uno tras otro, me van superando corredores que me animan al pasar a mi lado. En esos momentos tan duros empiezo a ver la parte positiva de todo esto, es lo que tiene ser un optimista patológico, y convencido de que voy a quedar el último, hago mías las palabras del gran Mathieu Hermans  (los que seáis aficionados al ciclismo recordaréis a este gran sprinter holandés de los años 80´s), varias veces consecutivas farolillo rojo final de la clasificación general del Tour de Francia: "Si no vas a hacer pódium, es mejor quedar el último, al menos te da más publicidad; nadie se acuerda del décimo clasificado". Los cinco kilómetros que había recorrido en 20 minutos hacía "un rato" tardo 35 en recorrerlos a la vuelta, y después de mucho sufrir, al menos me quedan fuerzas para emprender un ligero trote durante el último kilómetro y medio y entrar en meta mojado, con frío y con las piernas rotas de dolor. Nadie dijo que fuese fácil. Ahora toca recuperarse e iniciar la cuenta atrás para la Media Maratón de Mérida. Keep on running !!

4 comentarios:

  1. Has sido un valiente tomando la salida, ya no te digo terminando en esas condiciones. Eres todo un campeón

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  2. Gracias Floren, ya recuperado y dispuesto a dar guerra de nuevo.

    Nos vemos corriendo.

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  3. Mantén el espiritu con el que has acabado esta carrera, te servirá para las del futuro, pues se ha reforzado en ella. Ánimos.

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