lunes, 30 de noviembre de 2015

VI Subida a los Campanarios

Llegó el otoño, llegó noviembre, y, como cada año, el último fin de semana de noviembre llegó el broche de oro al Otoño Mágico del Ambroz, la Subida a los Campanarios. Esta carrera no es ni la más dura, ni la más larga, ni la más exigente de cuantas componen el circuito FEXME, pero el entorno en el que tiene lugar hace que sea una cita obligada en el calendario y que, en cuanto cruzas la meta pienses, tal y como suelen decir l@s pamplones@s cuando termina San Fermín, ya queda un día menos para la VII Subida a los Campanarios.
Perfil de la carrera
Para que la carrera fuese perfecta y no faltase de nada, el tiempo se unió a la fiesta, amaneció un día espectacular, sol, ausencia de viento y una temperatura bastante agradable, ya que el frío de primera hora de la mañana enseguida se vio derrotado por los rayos del sol y por el calor que provocaba el esfuerzo de la continua subida hasta el Collado de Piedras Labradas, punto más alto de la carrera. También me gustaría destacar el nivel deportivo de esta prueba, que cada año gana en calidad, lo cuál queda reflejado echando un vistazo a los podiums de ayer, sobre todo en categoría femenina, con victoria de Mercedes Pila, dominadora de las Races Trail Running a nivel nacional, seguida por Andrea Gil y la ex-ciclista profesional Dori Ruano, ahí es nada. En categoría masculina volvió a repetir victoria el salmantino Álvaro García Hernández parando el crono en 1:07. A las 8:00 de la mañana poníamos rumbo desde Badajoz hacia Casas del Monte mi compañero de club Guillermo Guevara, que afrontaba su primera carrera de montaña, Ariel, amigo de la AACB y yo. Tras casi dos horas de viaje se repite el ritual habitual en estos eventos:
Foto de familia
Recogida de dorsales, fotos, saludos, charla, ligero calentamiento y al control de dorsales. La salida estaba prevista a las 11:00 de la mañana, pero se produjo con casi media hora de retraso por cuestiones que desconozco. En esta edición y tras un cambio de última hora, la salida sería en ascenso y el recorrido aumentó en varios cientos de metros, por lo que este año la distancia total a recorrer superaba los 15 kilómetros. Me tomo la salida con bastante calma, y hasta que no acaba el tramo urbano y cambiamos el cemento de las calles de Casas del Monte por la tierra de los caminos no empiezo a ganar posiciones. Como siempre, corro para disfrutar, sin ningún objetivo concreto, si bien tenía intención de bajar si era posible mi marca de 1:38 en la edición del año anterior. Poco a poco la carrera va rompiéndose durante la subida, y a la vez que pasan los kilómetros voy disfrutando del entorno y de las vistas que el recorrido nos ofrece. Justo antes del primer avituallamiento, primer contratiempo del día: Un chico que estaba disputando la prueba corta se ha despistado y se da cuenta en ese momento que está haciendo el recorrido equivocado, le animo a seguir pero se tira al suelo y empieza a llorar porque iba segundo en la corta y tenía muchas ilusiones en la carrera.
Salida
Así que me paro, trato de animarle, le ayudo a levantarse y le acompaño hasta el avituallamiento donde finalmente y con los ánimos de los voluntarios y otros corredores conseguimos convencerlo para que siga corriendo y haga la prueba larga. Tras este parón continúo la subida a buen ritmo, y a pesar de que me encuentro bastante bien prefiero no forzar y no correr el riesgo de pagarlo más adelante. Tras salvar un par de gargantas que este año iban prácticamente secas debido a la ausencia de lluvias, escucho los ánimos de varios voluntarios y aficionados que están justo antes del segundo avituallamiento, situado en el km.7,3 en Piedras Labradas, miro de reojo el crono: 51 minutos, el año pasado coroné en una hora, la cosa marcha bien. Breve parada para beber y coger alguna gominola y a por la bajada. Las zonas más técnicas están completamente secas, con lo cuál y a diferencia del año anterior, se podía arriesgar un poco más sin miedo a resbalarse.
Inicio del descenso
 Tras algo más de un kilómetro de bajada llega el segundo contratiempo del día: Voy encabezando un grupo de tres corredores en una zona en la que los árboles prácticamente cierran el sendero, veo una gran rama que cruza de derecha a izquierda a la altura de los ojos, me agacho para salvarla y un par de segundos después escucho un golpe seco y un grito, me giro y veo que uno de mis compañeros de bajada no ha tenido tanta suerte, así que vuelvo sobre mis propios pasos y me intereso por su estado, está tumbado, asustado y aturdido, pues el golpe ha sido en la cabeza, así que le ayudo a retirarse del sendero y a sentarse y estoy un rato con él para asegurarme de que está bien, tras lo cuál me dice que se encuentra mejor, que siga, que en un rato seguirá bajando él también. Así que continúo mi carrera, aún así, cuando veo al siguiente voluntario paro y le comento lo sucedido por si finalmente el compañero no pudiese seguir y necesitase ser evacuado. Tras superar la última zona técnica de bajada, el recorrido nos lleva a través de la pista de Jarilla y giramos a la derecha, Casas del Monte ya hace rato que se ve abajo y cada vez más cerca.
Alicia y Guille
Tras una breve parada en el tercer avituallamiento intento forzar el ritmo en esa zona llana, pues el último kilómetro pica hacia arriba y resultará duro. Acaba el camino, bajamos por una pista de cemento, giro a la derecha y vuelta al casco urbano de Casas del Monte. Tras un breve tramo de callejeo volvemos a la Plaza de los Morales: gritos de ánimo, fotos, niños que esperan en la recta de meta para chocarte la mano, el crono marca 1:40, las sensaciones son buenas, y el Otoño Mágico que pone punto y final. Pobre de mí.

Como de costumbre, carrera muy bien organizada, buena señalización, buen ambiente en meta y un trabajo espectacular de l@s voluntari@s. En lo personal bastante contento, sobre todo después de lo que sufrí en la Subida al Castillo de Portezuelo hace tres semanas, siempre es una buena noticia ir recuperando sensaciones poco a poco. Próxima cita: 17 de enero, I trail de Zafra.

Nos vemos corriendo.

lunes, 9 de noviembre de 2015

IX Subida al Castillo de Portezuelo

Cinco meses y un día. No es una condena. Es el tiempo que ha transcurrido desde que se disputó la Pencona en Aldeanueva de la Vera, es el tiempo que hacía que no me ponía un dorsal. Tras esa "eternidad" y con muy pocos entrenos en las piernas, con un estado físico mucho peor del que me gustaría y del que suelo tener a estas alturas del año, tocaba hacer acto de presencia en Portezuelo para afrontar la IX Subida a su castillo.
Perfil de la carrera
Nunca había hecho esta carrera y la tenía marcada en el calendario desde hacía tiempo. Portezuelo es una pequeña localidad de la provincia de Cáceres que, en días como ayer, recuerda especialmente a la aldea donde viven los irreductibles galos de las historietas de Astérix y Obélix; ¿por qué digo esto? Pues porque en un día en el que tenía lugar la Media Maratón Elvas-Badajoz, con alrededor de 1.800 inscritos, en Portezuelo nos dábamos cita con la montaña en torno a 170 corredores entre las dos distancias, y algunos más si incluimos la ruta senderista y las pruebas JUDEX. El caso es que allí estábamos ese puñado de irreductibles galos, desafiantes con la corriente mayoritaria, dispuestos a hacer la guerra por nuestra cuenta y sin importar la coincidencia de fechas entre ambos eventos. A las 12:00 estaba prevista la salida de la IX Subida al Castillo de Portezuelo, la prueba reina de cuantas se celebraban en el día de ayer.
Bocinazo y a correr. Foto: Loli Sanz
La hora hubiese sido perfecta para cualquier día de un noviembre "normal", pero ayer a esa hora la temperatura ya superaba los 23 grados, y el calor pasaría factura durante el recorrido. Tras la cuenta atrás coreada por la "speaker" con el acompañamiento del público que se daba cita en el arco de salida, suena el habitual bocinazo y a correr. Tras un primer tramo por caminos alrededor del pueblo, la carrera comienza a alejarse y llegan las primeras cuestas, bastante suaves y que permiten correr sin ningún problema. Hasta el kilómetro ocho de carrera me encuentro bastante cómodo, y a pesar de no forzar el ritmo en ningún momento, me ubico en posiciones más adelantadas de las que me esperaba. Hasta ese momento el recorrido es puro trail, y se puede correr a muy buen ritmo sin ningún problema. Tras culminar la segunda subida del día y afrontar el descenso más largo, que nos llevaría desde el kilómetro 9 al 12, empiezo a notar que las fuerzas quizá van a abandonarme antes de lo que pensaba y que la carrera a partir de ese momento no iba a resultar tan cómoda. Así que paro en el segundo avituallamiento, me hidrato bien, cojo un plátano y algunas gominolas, y me dispongo a afrontar la tercera subida del día, una zona de cresta espectacular, en la que había que ayudarse de las manos para subir y alcanzar la cima, habitual territorio de los buitres. Si la subida fue dura, que decir de la bajada, bastante técnica y muy peligrosa, ya que se realiza por la zona de umbría de la sierra, aún muy húmeda y embarrada a consecuencia de las últimas lluvias. Al final de la bajada ya nos encontramos de nuevo en el casco urbano de Portezuelo, lo cuál no quiere decir que la carrera hubiese terminado...ni mucho menos.
Maravillosa cresta. Foto: Carlos Alcalá
Poco antes del kilómetro 15 tocaba enfrentarse a la penúltima subida, en mi opinión la más dura de la carrera, y tocaba hacerlo con las fuerzas muy justas y los cuádriceps en un estado lamentable como consecuencia de la última bajada. En ese momento el depósito está completamente vacío, así que tras blasfemar en voz alta y acordarme del árbol genealógico de algún miembro de la organización, comienzo a subir con mucha dificultad y agarrándome a las ramas de los árboles, negros debido al último incendio que sufrió esa zona. La subida es de las que quitan el hipo, y se podía ver una hilera de corredores que se asemejaban a zombies intentado llegar a una cima que parecía cada vez más lejana. Tras coronar afrontamos el último descenso del día, viendo la pendiente lo más razonable hubiese sido echarse a rodar, pero como el estilo también cuenta, intento mantener ese puntito de "gentleman" que me caracteriza incluso en esas circunstancias. Una vez abajo y, tras unos trescientos metros de zona llana en la que tengo que parar porque se me habían subido los gemelos, cruzo la carretera y a por la subida definitiva, la que me llevaría al Castillo de Marmionda. Imposible hacerla corriendo en el estado en que me encontraba, tocaba subir andando y entrar en el castillo a través de un arco de meta especial, que habrá sido cruzado por mucha gente a lo largo de los siglos que lleva en pie, seguro que la mayoría lo hicieron en mejor estado de lo que lo hice yo.
Misión cumplida. Foto: Loli Sanz

En resumen, carrera espectacular pero muy dura, y que a mí se me hizo durísima debido a la falta de preparación, pero bueno, lo importante en días como ayer es terminar y hacerlo sin ningún percance. Por lo demás, muy bien organizada y muy bien señalizada, con un pueblo volcado y muy animoso con los corredores, lo cuál se agradece y mucho. Aquellos que no hicieron acto de presencia se perdieron disfrutar del compañerismo y la hospitalidad característica de la "aldea gala", y es que ya lo decía Obélix: "Estos romanos están locos".

Nos vemos corriendo.

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jueves, 22 de octubre de 2015

Entreno trail en Sancha Brava

No correr duele. No hacerlo por cuestiones de salud cuando tienes el dorsal y la carrera en cuestión te gusta duele aún más. Si a eso se une que la fecha de esa carrera tiene un significado especial para ti, ese dolor se hace realmente difícil de llevar.
Tras el varapalo y el consiguiente bajón anímico por no haber podido tomar parte en la XV Media Maratón Virgen de las Cruces el pasado domingo 18 de octubre, poco a poco volvemos a la "normalidad". Para los que pensamos que hay vida más allá del esfuerzo lineal sobre el asfalto, esa normalidad son la tierra, las cuestas, los senderos, y, tras las últimas lluvias caídas, el barro. Uno de los mejores sitios de Badajoz, si no el mejor, donde podemos encontrar esas condiciones idóneas para entrenar, es el entorno del antiguo campo de maniobras del acuartelamiento militar de Sancha Brava. Ya he comentado en alguna otra entrada del blog que Badajoz no es el lugar ideal para entrenar pensando en preparar algún trail o carrera de montaña, pero a pesar de ello, también tiene sus rincones interesantes. A diferencia de lo que podemos encontrar en el Parque de Tres Arroyos o San Isidro http://zancadasblanquinegras.blogspot.com.es/2014/02/entrenamiento-en-el-parque-de-tres.html , con unas cuestas en su mayor parte más suaves y progresivas, en el entorno de Sancha Brava encontramos un tipo de terreno que, si bien no es muy exigente en cuanto a altitud, no nos da tregua en ningún momento.
Se trata de una auténtica maraña de caminos, trochas, senderos y cortafuegos en los que perderse y en los que la diversión está asegurada. Cuando voy a entrenar a ese lugar suelo hacerlo corriendo desde los caminos aledaños a los arroyos Rivillas y Calamón, y esos tres primeros kilómetros en llano son ideales para calentar antes de enfrentarse a las cuestas. No obstante, si queremos "meternos en faena" directamente podemos dejar el coche en la urbanización Las Vaguadas y cruzar la EX-110 (Carretera de Valverde) dejando a la derecha la gasolinera que hay frente a la entrada de dicha urbanización. A continuación salvaremos el arroyo Calamón por un pequeño puente y giraremos a la derecha para tomar el camino de las Torrecillas.
Una vez recorramos unos cuatrocientos metros tomaremos alguno de los caminos que salen a nuestra izquierda, cualquiera de ellos nos llevará, siempre subiendo, a la zona de trochas y trialeras de Sancha Brava. La primera parte es una zona de dehesa donde abundan pequeños senderos pedregosos, mientras que más adelante nos internaremos en una zona de eucaliptos donde podremos disfrutar de trialeras y trochas de mayor anchura. El terreno es perfecto para la práctica del trailrunning, mucha piedra, mucha roca suelta, ramas, y cuestas cortas pero con porcentajes importantes, perfecto para olvidarnos del ritmo y simplemente disfrutar.
Si estás cansad@ del asfalto y hart@ de la obsesión por los ritmos precisos y las distancias exactas aquí encontrarás un buen lugar para sacarle brillo a las piernas. Por último, hay que señalar que se trata de un sitio muy solitario, a diferencia de lo que ocurre en el mencionado Parque de Tres Arroyos, aquí es muy difícil que encontremos a nadie, por lo que es perfecto para todo aquel que quiera disfrutar de la soledad del corredor de fondo.

Nos vemos corriendo.

Más en Twitter: @wildwildtrail

lunes, 21 de septiembre de 2015

Trail por la Sierra de los Arrazauces

Como ya he comentado en alguna otra entrada del blog, la zona donde vivo no es el medio ideal si a uno le gusta salir al encuentro de la montaña a la hora de dar zancadas, por lo que toca echarle imaginación o bien hacer algunos kilómetros en coche en busca de escenarios más idóneos. 
El pasado fin de semana, aprovechando mi estancia en La Haba, era "obligatorio" hacer una escapada a la Sierra de los Arrazauces, que se eleva en medio de la comarca de La Serena y que comparten los municipios de La Haba, Campanario, Quintana de la Serena y Valle de la Serena.  En esta ocasión opté por ir hasta la aldea de La Guarda, perteneciente al municipio de Campanario, para desde allí, hacer un recorrido por la Sierra de este a oeste. A La Guarda se llega a través de la carretera EX-346 que une Don Benito con Quintana de la Serena, y una vez allí, se puede dejar el coche en el pueblo (o la bici, como fue mi caso).
Cruzamos el pueblo por la calle principal y a la salida del mismo encontramos un cartel que nos indica el camino de acceso a un alojamiento rural, ese es el que debemos tomar. Continuamos unos dos kilómetros por ese camino y a la altura del Arroyo Carbonera giramos a la izquierda para internarnos en la Sierra. En cuanto ascendemos un poco encontraremos multitud de pistas forestales, trochas y cortafuegos siempre rodeados de bastante vegetación, en su mayor parte eucaliptos, pinos y matorral. Hay que señalar que si bien no estamos a gran altitud si que podemos encontrar bastantes desniveles, con lo cuál podremos hacer un entreno de cierta exigencia. 
Una de las mejores opciones es recorrer la Sierra de este a oeste, empezando en La Guarda y culminando con la subida al Puerto La Cabra (en el término municipal de La Haba), lo cuál serían en torno a unos 22 kms. en total. Los fines de semana es muy habitual encontrar grupos de ciclistas haciendo la ascensión a dicho puerto, ya que se trata de un recorrido clásico entre los "bikers" de la zona, así que si además de correr os gusta dar pedales, la experiencia es de lo más recomendable, yo he realizado la subida en bici desde La Haba y merece la pena, pues la dureza del recorrido se ve de sobras compensada por las vistas que podremos disfrutar desde el mirador del puerto. 
Volviendo a las zancadas, decir que si bien podemos encontrar terreno con cierta exigencia, en ningún caso se trata de zonas técnicas como las que abundan en otras partes de la región; los que hayáis participado en la Carrera Ciudad del Granito de Quintana de la Serena, sabréis de lo que hablo, y es que a pesar de la dureza en ningún caso el terreno se asemeja a La Pencona u otras pruebas de referencia regional. Si no conocéis la zona es mejor no aventurarse sol@, pues una vez nos internamos en la sierra es fácil despistarse y puede ser complicado encontrar el camino correcto para volver, así que mejor informarse antes o intentar hacerlo acompañado. Si estás leyendo esta entrada y tienes intención de hacer un entreno por allí puedes contactarme para cualquier duda que te surja o para hacer el rodaje juntos. Como siempre, la intención es dar a conocer y poner en valor cualquier entorno en el que practicar este deporte que nos apasiona. 

Nos vemos corriendo.

jueves, 20 de agosto de 2015

Estamos muy quemados

Tras más de dos meses de descanso en cuanto a carreras y crónicas de las mismas, volvemos a las andadas, y lo hago con un tema del que preferiría no tener que hablar. Dice el gran Hovik Keuchkerian (músico, actor, compositor, monologuista, ex-boxeador...y multitud de cosas más) que el cabreo es parte de la inspiración. Pues bien, estoy cabreado, y mucho. Y este cabreo es lo que me ha empujado a volver a escribir tras más de dos meses con el cartel de "Cerrado por vacaciones" en el blog. 
Salvo que viváis aislados en una burbuja, a estas alturas tod@s sabréis lo que ha ocurrido en Sierra de Gata. Vale que incendios ha habido siempre, vale que malnacidos que no tienen nada mejor que hacer que quemar el monte también los ha habido siempre y desgraciadamente los seguirá habiendo, hasta ahí nada nuevo, pero el escenario que se nos presenta tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Montes puede ser realmente complicado. Algunos ven la puerta entreabierta a la especulación con la superficie forestal, yo la veo abierta de par en par. No tengo necesidad alguna de ser políticamente correcto para expresar mi opinión sobre este tema, me parece una de las mayores chapuzas y atropellos que se han cometido en mucho tiempo, por eso celebro las recientes declaraciones del gobierno regional dejando claro que no se va a recalificar ni un solo metro cuadrado de la superficie quemada. Dicho lo cuál, que nadie se equivoque, no me voy a desviar del tema principal de este blog, no voy a dar un golpe de timón para ponerme a hablar de política, pero es que en este caso no se trata de política, se trata de sentido común, algo de lo que muchos carecen. ¿Qué podemos hacer para paliar en lo posible este desastre? 
Subida al Puerto de Santa Clara
Pues nada mejor que visitar la Sierra de Gata, nada mejor que disfrutar de una comarca que sigue siendo un paraíso para practicar deportes al aire libre, y que en esta ocasión nos necesita más que nunca. Con una red de senderos perfectamente señalizados y que recorren la comarca en su totalidad, el GR-10 y multitud de senderos de pequeño recorrido, esta comarca es una gozada para la práctica del mountain bike, del senderismo y, sobre todo, del trail. El tramo del GR-10 que une Acebo con San Martín de Trevejo es una gozada, que decir del sendero que nos lleva desde Gata hasta el Puerto de Castilla, o mi favorita: La ruta que asciende desde San Martín de Trevejo hasta el Puerto de Santa Clara, una auténtica maravilla con unas vistas espectaculares tras el esfuerzo. Esos son solo algunos ejemplos de lo que esta comarca ofrece a los amantes del deporte en plena naturaleza, pero hay mucho más. No olvidéis que a pesar de los intentos de algunos y la complicidad de otros, la Sierra de Gata sigue siendo verde.

martes, 9 de junio de 2015

"Pencona is Pencona"

Hace algún tiempo leí una entrevista al gran Kilian Jornet en la que le preguntaban cuál era la carrera más dura en la que había tomado parte, y tras describir varias de las múltiples pruebas en las que había participado, finalmente añadió: "Zegama is Zegama" (la entrevista era en Inglés), refiriéndose a la Maratón de Montaña Zegama-Aizkorri, a la que cada mes de mayo acude lo mejor del trail mundial. Si alguien nos preguntase que carrera de montaña es la más dura de las que se celebran en Extremadura, posiblemente la respuesta de la mayoría de los enamorados de esto de dar zancadas entre riscos, zarzas y arroyos de montaña, sería La Pencona. 
Perfil de la carrera
Este año La Pencona soplaba su octava vela y en esta ocasión, además de la prueba larga de 29 kilómetros, tenía lugar la I Mini Pencona, con 16 kilómetros y 1400 metros de desnivel acumulado. En esta ocasión, a la ya habitual expedición compuesta por Alicia, Lourdes, Ariel y yo, se unía Paco Arroba, dispuesto a debutar en carreras de montaña y hacerlo a lo grande, en la prueba de 29 kilómetros, el resto optamos por cubrir los 16 kilómetros de la Mini. Habíamos decidido pasar la noche en la zona para ahorrarnos un madrugón aún mayor, de tal modo que llegamos a Losar de la Vera, lugar elegido para montar el campo base, mientras Neymar le daba la puntilla a la Juventus y los culés ya celebraban su quinta Copa de Europa. Tras una cena rápida y algo de charla, cada uno a sus aposentos a descansar para afrontar lo que nos esperaba al día siguiente. A las 6:30 desayuno en la cafetería del hostal y a las 7:15 salida del grupo hacia Aldeanueva. En la zona de salida, situada en el Puente de San Gregorio, se respiraba un ambiente muy bueno desde primera hora, y tras recoger los dorsales acompañamos a Paco a la salida de la prueba larga, que tuvo lugar unos minutos después de las 8:00 h., suerte compañero y hasta dentro de "un rato". 
El Equipo A
El resto, tras la foto de rigor, tomamos la salida a las 8:30 h. desde el mismo lugar que había partido la carrera larga. Como viene siendo habitual en este tipo de carreras en las que la distancia no es muy larga, la gente suele salir a tope, a pesar de que desde el primer momento las rampas son bastante exigentes y la salida es cuesta arriba. Pues bien, tras un poco de callejeo siempre ascendente por las calles de Aldeanueva de la Vera, la carrera sale del pueblo por el camino de los Cosos, para seguir ascendiendo hasta prácticamente el kilómetro 6. En uno de los tramos más duros hasta ese momento alguien me saluda, es Jose Arias, seguidor del blog y al que no conocía personalmente (gracias por seguirme Jose, yo ayer no pude seguirte en carrera, ibas fuerte, jeje...la próxima vez lo intentaré). Un poco antes de ese punto, y tras compartir los primeros kilómetros con el recorrido de la prueba larga, habíamos tomado un desvío a la derecha para internarnos en un bosque espectacular, atravesado por un sendero sobre el que era una gozada correr.
Salida explosiva. Foto: Orellana Runners
Hasta llegar a ese punto, y a pesar de que había que superar alguna rampa importante, el recorrido permitía correr la mayor parte del tiempo, lo cuál hizo que la carrera fuese muy viva desde el primer momento. Tras el paso por el primer avituallamiento afrontamos una zona más cómoda con alguna pequeña rampa, pero sin muchas exigencias, dejando a un lado el charcón de agua que sirve de abastecimiento a la población de Aldeanueva, y en poco tiempo alcanzamos el punto más alto del recorrido, 1070 metros de altitud. Tras una breve parada en el segundo avituallamiento para coger unas gominolas, continúo corriendo, ya que al llevar la mochila de hidratación no paré a beber en ningún momento. En ese punto afrontamos la primera bajada importante del día, la de la Baera del Yedrón, que si bien no era muy técnica, te obligaba a estar alerta, ya que en muchos tramos la altura de los pastos hacía imposible ver donde pisabas. Tras atravesar una garganta, ligera subida a través de un sendero que durante unos cientos de metros atraviesa un precipicio espectacular, la carrera continúa por una zona de continuas subidas y bajadas que nos llevaría hasta el camino de las Culatas, la gran bajada del día, más de tres kilómetros de exigente bajada sobre un camino de piedras con un desnivel muy pronunciado. Esta parte de la carrera me recordó mucho a la última bajada de la Carrera de Arroyomolinos de Montánchez, y eso fue lo que hizo que me la tomase con relativa calma, para no acabar con los cuádriceps en el mismo estado que en aquella ocasión.
Casi hecha. Foto: Tony Hurtado
Así que tras un buen rato zigzagueando sierra abajo, cubro los últimos kilómetros de la prueba y escucho de nuevo la megafonía y los aplausos de la gente que se agolpa en la zona de meta. Acabo en 1:41:52, puesto 69 de la general y 15 de mi categoría. Mientras espero a que lleguen el resto de compañeros disfruto de un vaso de limonada de la que reparten en la meta. Aparece Lourdes, parando el crono en 2:01, a continuación Alicia, con 2:10, a pesar de haber sufrido un percance y entrar cojeando, y finalmente Ariel con 2:32. Tras la ducha y el cambio de ropa, vuelta a la zona de meta para ver la entrada del último compañero, Paco Arroba, que luciendo la camiseta del club de su pueblo, Villanueva corre...y mucho, cubrió los 29 kilómetros en 4:18 tras sufrir también una "pequeña cornada" (esto es así Paco, a los que no se arriman no les pilla el toro, tu decidiste enfrentarte al miura, jejeje...ya lo dice el eslogan: si no fuera dura todo el mundo la haría). Ahora toca descansar y colgar las zapatillas hasta después del verano, y no hay mejor forma de hacerlo que con el buen sabor de boca que nos ha dejado esta gran carrera. Muy buena organización, buen ambiente, bolsa del corredor espectacular y una limonada que sabe a gloria. Este año récord de inscritos, con un total de 274 corredores, 132 en la prueba corta. Haciendo las cosas así de bien, el año que viene seguro que aún seremos más.

Gracias a Tony por las fotos, espero que te recuperes pronto y la próxima vez que nos veamos tú también estés en carrera.

Nos vemos corriendo. 

sábado, 2 de mayo de 2015

Mini Trail Nocturno Sierra de la Mosca

Tras pasarme el mes de abril totalmente en blanco en lo que a competiciones se refiere, tocaba volver a ponerse un dorsal, en esta ocasión la cita era en la Sierra de la Mosca de Cáceres. El 1 de mayo a las 22:00 h. tenía lugar la primera de las dos pruebas nocturnas que la FEXME ha incluido este año en el calendario de Carreras de Montaña. A priori, me llamaba la atención el hecho de competir de noche, a posteriori, he de decir que la experiencia ha sido espectacular. 
Perfil de la carrera
Tras más de una semana parado como consecuencia de un resfriado, eran muchas las dudas que tenía antes de la carrera, hasta el punto de que el día anterior me planteé seriamente no ir, pues aunque estaba mejor, no estaba del todo recuperado y tenía serias dudas incluso de poder terminar la carrera. Finalmente, decidí tomar la salida y a ver que pasaba. Una vez más, acompañado por Alicia y Lourdes, que ya han cruzado al lado oscuro y tienen inoculado el veneno del trail, Ariel en esta ocasión decidió no vestirse de corto y centrarse en las fotos y los ánimos. Llegamos a Cáceres antes de las 20:00 h., con lo cuál teníamos tiempo de sobra para recoger los dorsales y la bolsa del corredor (por cierto, excelente), tomar algo tranquilamente y charlar sobre la carrera mientras poco a poco la zona de salida iba recibiendo a más corredores y el ambiente era cada vez mejor. A las 22:00 h. salida neutralizada desde el instituto AL-QÁZERES y tras unos metros de recorrido urbano, bocinazo y al encuentro de la Sierra. 
Zona de salida. Foto: Ariel
Desde el primer momento, el ritmo es brutal, el hecho de no ser una distancia muy larga y la ausencia de grandes desniveles hicieron que la gente saliese a tope de revoluciones, y en esas circunstancias resulta complicado no contagiarse por la euforia y llevar un ritmo no adecuado, así que decido levantar un poco el pie y ser algo más conservador al menos durante la primera parte de la carrera. Los primeros kilómetros son bastante duros, pues aunque de forma progresiva, no dejamos de ascender sobre un camino en bastante buen estado que justo antes de alcanzar el punto más alto del recorrido, los 634 m. de las antenas, se convierte en una pista de cemento rugoso con bastante buen agarre.
Foto: Pedro Reig
Tras el primer paso por las antenas afrontamos la primera gran bajada de la noche, que me pareció espectacular, una zona de campo a través con una pendiente muy pronunciada pero perfectamente señalizada, fue verla y despojarme de cualquier poso de prudencia: ni resfriado, ni falta de entrenamiento, ni dudas sobre cómo iba a terminar la carrera, tocaba disfrutar, y este tipo de bajadas reconozco que me vuelven loco, así que tocaba disfrutar y lanzarse ladera abajo y aprovechar para ganar varias posiciones. Una vez superados los 600 metros de bajada más agresiva, durante los siguientes 3 kilómetros (hasta casi el kilómetro 8) el perfil de la carrera se suaviza y se puede correr a ritmos parecidos a cualquier carrera llana. A partir de ese punto y hasta coronar las antenas por segunda vez el recorrido se endurece notablemente y durante los siguientes 7 kilómetros afrontamos un continuo sube y baja que no nos dará tregua.
Foto: Ariel
Tras superar el kilómetro 11, en una de las zonas más fáciles de todo el recorrido, tropiezo con una rama y caigo, golpeándome ambas rodillas y haciéndome rozaduras en las manos. Pierdo varios segundos y posiciones pero a pesar de lo aparatoso de las heridas, la cosa no pasa a mayores y puedo seguir corriendo sin problemas. Continúo hasta el siguiente avituallamiento, en el que tras lavarme las heridas de las manos, una voluntaria me coloca un apósito que al menos me sirve para cortar la hemorragia de la mano derecha. A partir de ese momento se inicia la segunda subida a las antenas, y fuerzo el ritmo para volver a engancharme al grupo con el que he perdido contacto debido al parón en el avituallamiento, cosa que consigo a pocos metros de coronar las antenas.
Foto: Pedro Reig
Tras superar por segunda vez el punto más alto del recorrido iniciamos un espectacular descenso por una zigzagueante senda con bastante piedra suelta que nos llevará de nuevo al casco urbano de Cáceres para poner fin a algo más de 18 kilómetros de diversión en plena sierra con un tiempo de 1:50:37, puesto 75º de la clasificación general. Con respecto al resto de la expedición, Alicia se marcó un carrerón y acabó con buenas sensaciones en el puesto 126º de la clasificación general con 2:11:50, y Lourdes acudió una vez más a su cita con el pódium, terminando 3ª de su categoría y 97ª de la general con 1:56:47. A Ariel hay que agradecerle su compañía, sus ánimos y el reportaje fotográfico. Una vez más, la FEXME ha dado en el clavo, y esta primera de las dos pruebas nocturnas del calendario ha resultado un éxito, perfectamente organizada y señalizada, con un trabajo espectacular por parte de los voluntarios del instituto Al-Qázeres y una bolsa del corredor muy completa. Enhorabuena por la iniciativa, así da gusto.

Nos vemos corriendo.