martes, 22 de marzo de 2016

II Carrera Sierra de Montánchez. Cita con la Épica.

La épica es un género narrativo en el que se presentan hechos legendarios o ficticios relativos a las hazañas de uno o más héroes y a las luchas reales o imaginarias en las que han participado. Según la Real Academia Española, uno de los significados del adjetivo épico/a es"grandioso o fuera de lo común". Es cierto que el pronóstico meteorológico para el pasado 20 de marzo no era precisamente positivo, el riesgo de lluvias estaba presente, la noche anterior había llovido, la del viernes también, pero bueno, ya sabemos que "los del tiempo a veces se equivocan"...y a veces no.  Cuando llego a Arroyomolinos, a eso de las 9:00, en la zona de salida se respira mucha tranquilidad, más de la habitual en este tipo de carreras. Se notaba que el número de inscritos era inferior al de la primera edición, y también se notaba que más de uno había preferido permanecer en brazos de Morfeo, otros optamos por poner en práctica aquel eslogan rojiblanco que decía "Mientras otros duermen nosotros soñamos", que para eso somos del Atleti.
Perfil y recorrido
Comparto café con los amigos del Trail Comesuelas Miguel Collado y Alicia Nessi, y comentamos las novedades que este año tendría la carrera y las dificultades que nos esperaban debido a la lluvia, prácticamente todo el recorrido iba a ser una pista de patinaje. Miguel iría por libre y yo le había dicho a Alicia hacía varias semanas que la acompañaría durante la carrera, así que tendría un nuevo rol, adaptarme a su ritmo y hacerle lo más llevadera posible su experiencia en una carrera de montaña "de las de verdad". A continuación, la liturgia habitual: Fotos, saludos, suerte...y precaución, mucha precaución, esa fue la palabra más repetida bajo el arco de salida. A las 10:00 en punto cuenta atrás y a correr. Desde el primer momento nos ubicamos en la parte trasera del pelotón y ahí íbamos a permanecer durante toda la carrera. El recorrido es espectacular desde el primer kilómetro, un sendero empedrado que serpentea por la parte umbría de la sierra mientras nos lleva de un molino a otro.
Ultimando detalles. Foto: Diego Cuadrado
Si bien en esta primera parte del recorrido no íbamos a encontrar grandes desniveles, la subida es continua, por lo que tocaba poner un ritmo cómodo, acortar zancada y tirar de paciencia, ya que esto iba a ser muy largo. Tras dejar atrás el espectacular mirador desde el que se puede contemplar por última vez Arroyomolinos afrontamos la primera bajada del día, no muy técnica pero sí bastante peligrosa debido a la humedad. Tras unos minutos descendiendo comienzan a escucharse gritos de ánimo cada vez más cerca, son el grupo de senderistas que estaban en el primer avituallamiento esperando para dar ánimos a los corredores, breve parada, un vaso de agua, y seguimos. Los siguientes kilómetros son mi parte favorita de la carrera, y donde más disfruté el año anterior. Se trata de una zona de descenso por un sendero estrecho pero muy "corrible", sin apenas dificultad técnica, así que a pesar de que le había dicho a Alicia que la acompañaría durante toda la carrera, me tomo una pequeña licencia y me dejo llevar sendero abajo en solitario durante un buen rato. Con ese "chute" de adrenalina ya me encuentro mejor, así que espero a Alicia y seguimos por una zona de falso llano y un pequeño tramo de cemento que nos llevaría al siguiente avituallamiento. Aquí la parada es mayor, me tomo un gel, un vaso de agua y cojo varios higos que me servirían de carburante para afrontar la durísima subida a las antenas.
Salida. Foto: Diego Cuadrado
Esta parte de la carrera era diferente a la de la primera edición, y en mi opinión ha sido todo un acierto, la subida es mucho más dura, pero el entorno es más bonito, y el terreno que pisas también, mucha roca mojada, mucho barro, regatos que bajaban con bastante agua...todo lo que uno espera de una carrera de montaña. La subida se hace eterna, así que aprovecho para comer algo e hidratarme, pues aún quedaba un mundo. A pesar de estar a punto de coronar, las antenas no se ven debido a la espesa niebla, pero estaban ahí, vigilantes como cíclopes disfrutando con nuestra odisea particular. Cuando estamos a unos 100 metros del punto más alto de la carrera empieza a llover, y no precisamente eran cuatro gotas, así que tocaba sacar el chubasquero y a seguir. Justo al iniciar el descenso la lluvia arrecia y durante un rato la visibilidad es reducida, así que la cosa se iba a complicar aún más de lo previsto. Recordaba del año anterior lo complicada que era la bajada hasta Montánchez, pero claro, nada comparado a lo que estábamos viviendo en ese momento. Llegamos a Montánchez, parada en el último avituallamiento sólido de la carrera para coger unas gominolas y a seguir, aún nos quedan algo más de 7 kms. hasta meta.
Primer avituallamiento. Foto: Juan (Tomate Running)
Dejamos atrás Montánchez aún bajo la lluvia, si bien es cierto que no cae tan fuerte ya, lo cuál se agradece, pero no podíamos confiarnos aún ni dejarnos guiar por cantos de sirenas, aún había que seguir remando. Tras superar un par de zonas con cierta dificultad técnica podemos ver el Castillo de Montánchez a la derecha mientras giramos para hacer un pequeño tramo de llano que nos conducirá hasta la última bajada del día, una zona de lanchas y canchos que superamos con muchísima precaución, pues todo está empapado, embarrado, y las rocas cubiertas de musgo. Esta última bajada es de una exigencia máxima en condiciones normales, en las condiciones en que se encontraba debido a la lluvia daba auténtico vértigo, y corrías con la sensación de que cada paso que dabas podría ser el último. Una vez superado este último escollo, giramos a la izquierda y afrontamos un pequeño ascenso que nos llevará hasta el último avituallamiento y tras una breve parada dejamos atrás un tramo de roca suelta, unos metros por un camino llano entre corrales de ganado y por fin vemos de nuevo el pueblo de Arroyomolinos, ¿o era Ítaca?
Objetivo cumplido. Foto: Diego Cuadrado
Después de todo lo que habíamos pasado, después de ver como el cielo se abría sobre nosotros hacía no mucho tiempo, cruzamos la meta bajo un sol radiante tres horas, treinta y ocho minutos y siete segundos después...una meta más, un reto más.

Esta carrera ya me encantó en su primera edición, pero creo que los cambios introducidos la han hecho aún más dura y más espectacular, buen trabajo una vez más de los organizadores, del amigo José María Díaz y de todos aquellos que han vuelto a hacerlo posible. Gracias también a los fotógrafos por cubrir la prueba de forma excelente y compartirla con todos. Por último, siempre me gusta destacar la impagable labor de los voluntarios en las carreras, pero en esta ocasión se merecen un monumento en su honor, sobre todo aquellos a los que les tocó estar en la parte más alta de la sierra y que soportaron estoicamente el temporal. Sin ell@s no hubiese sido posible.

Nos vemos corriendo.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias Manuel por tu crónica. Creo que lee muy bien lo que fue la carrera.
    Muchas gracias también por tu confianza en nuestra carrera y agradecido por tus palabras.
    Muchas gracias también por esas palabras de ánimo sobre los voluntarios. Son el alma de cualquier carrera.
    Esperamos verte en siguientes ediciones y en algún que otro entrenamiento que organicemos.
    Para terminar lo dicho, ENHORABUENA Y MUCHAS GRACIAS

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a vosotros por hacerlo posible. Por supuesto que nos veremos en las próximas.

      Un saludo.

      Eliminar