miércoles, 22 de junio de 2016

Ganarle al sol

Ya ha llegado. Ya está aquí. El tan añorado por unos, y tan denostado por otros, entre los que me incluyo, por fin ha hecho acto de presencia. Sí, estoy hablando del verano. Una vez que nos sumergimos de lleno en el verano aparecen multitud de consejos en revistas, blogs y webs especializadas, sobre como hacer frente a las altas temperaturas para no tener que renunciar a practicar nuestro deporte favorito incluso cuando más implacable se muestra el mercurio. A pesar de disponer de mucha y variada información, no es extraño encontrarnos a algún "despistado" que corre en las horas centrales del día, que no usa gorra ni gafas de sol, y que no se corta a la hora de hacer una tirada larga sin llevar una mochila de hidratación o un cinturón con bidones.
La dehesa siempre es una buena opción
 Incluso he llegado a observar casos extremos de alguien que corre con un cortavientos o chubasquero, con el termómetro marcando 35ºC porque quiere perder peso y ha leído no se donde que así es más fácil quemar calorías, en fin. Una de las recomendaciones más habituales es intentar correr buscando zonas de sombra, parques donde encontremos alguna fuente para refrescarnos, etc., en cuyo caso, aquellos a los que nos gusta huir del asfalto y hacer incursiones en el monte lo tenemos un poco más complicado, pero siempre podemos encontrar la manera de mantener la forma física y divertirnos cuando más aprieta el calor. Una de las mejores opciones es correr a primera hora de la mañana, normalmente las temperaturas mínimas se dan entre las 7 y las 8 de la mañana, por lo que este es un buen momento para ponernos en marcha. En mi caso, cuando entreno a esas horas, suelo hacerlo antes de desayunar, solo con algún pequeño tentempié, por lo que se trata de tiradas de no más de 30/35 minutos sin mucha exigencia, pues hemos de tener en cuenta que durante las horas de sueño el organismo sigue consumiendo energía, por lo que no debemos exigirnos en exceso. Por supuesto, y aunque la incidencia de la radiación es menor a esas horas, la protección solar, la gorra y las gafas de sol deberían ser obligatorias. Otra opción interesante para el periodo estival es combinar la carrera con la práctica de otros deportes, lo cuál, además de evitar que caigamos en el tedio y la rutina, hará que volvamos a las zancadas con más ganas.
El frontal, un aliado contra el calor
 En mi caso, suelo hacer salidas en bici de montaña durante todo el año, pero es en verano cuando más "abuso" de esta modalidad deportiva que, de todos es sabido, es un complemento perfecto para el corredor, pues se trata de un deporte aeróbico que nos mantiene en forma y no sometemos a nuestras articulaciones al impacto que se produce mientras corremos. Quizá lo más complicado en verano sea realizar esas tiradas largas que solemos hacer el fin de semana y que tanto nos gustan, pero eso también puede hacerse minimizando riesgos. Probad a cambiar las copas del sábado por la noche por una salida en plena naturaleza, pudiendo correr a temperaturas mucho más suaves y sin que el sol esté castigándonos. Solamente necesitaremos un frontal y, si es posible, buena compañía. Incluso si optamos por la tirada nocturna, tampoco debemos olvidar llevar agua o alguna bebida isotónica.

Por último, si ni siquiera en verano podemos resistir la tentación de ponernos un dorsal, siempre podemos optar por pruebas cortas que se realizan bien de noche, bien a última hora de la tarde. Por poner algún ejemplo de carreras que tienen lugar en mi zona, os recomiendo la Milla vertical Guerrero de Magacela, que este año cumplirá su sexta edición, o el Cross Nocturno de Benquerencia de la Serena, que este verano se disputará por primera vez. Tenéis el más completo calendario de carreras en
http://atletismoextremadura.es/

Nos vemos corriendo.

miércoles, 1 de junio de 2016

La Pencona. El límite hecho realidad.

"Sueños, sacrificios, esfuerzos...El límite hecho realidad", ese fue el eslogan elegido por la organización de la IX Carrera Pencona y II Mini Pencona y, visto lo visto, no pudo ser más acertado.
Perfil y recorrido
La Pencona es de esas carreras referencia, no soy amigo de las comparaciones, pero creo que podría ser una especie de Zegama-Aizkorri extremeña, y, al igual que me ocurre con la mítica prueba vasca, La Pencona es de esos sueños pendientes que algún año tocará cumplir. 
Mientras tanto, y hasta que llegue ese momento, este año volví a repetir distancia inscribiéndome en la Mini y afrontando los 16 kilómetros de la misma. Tras pernoctar en Cuacos de Yuste, a las 7:00 pongo rumbo a Aldeanueva junto a Guille y Ariel. Tras recoger los dorsales damos cuenta de un desayuno notablemente mejorable en una cafetería en los aledaños de la salida para, tras ver el inicio de la prueba larga, ponernos en marcha.
A pesar de la previsión de lluvia, a la hora de la salida solamente caen cuatro gotas, por lo que la obligatoriedad de usar cortavientos se queda en recomendación, así que, visto lo visto, decido prescindir del cortavientos y enfundarme los manguitos como única ayuda "extra" para luchar contra alguna hipotética inclemencia meteorológica. Control de dorsales, el reloj se aproxima a las 8:30 y comienza la carrera. Abandonamos la plaza de San Antón, donde este año se ubicaba la salida, para buscar el camino de Los Cosos, afrontando la primera rampa importante antes de abandonar el casco urbano de Aldeanueva. Ya conocía el recorrido del año anterior, y además de lo impresionante del entorno, me gustó mucho porque permitía correr en la mayor parte de las zonas. La principal diferencia con respecto a la primera edición iba a ser la cantidad de agua y barro que nos encontraríamos durante el recorrido. No tenía ningún objetivo concreto en la carrera, pero mi idea era intentar mejorar el tiempo del año anterior, 1:41, así que me marco un ritmo cómodo desde el inicio pero sin dejarme llevar en exceso.
Salida

El primer tramo de la carrera es sencillo, no encontramos ninguna subida exigente, pero no hemos dejado de ascender desde la salida, y así llegamos al primer avituallamiento, justo antes de llegar al km. 6. Tras una breve parada en el avituallamiento giramos a la derecha para ascender por una espectacular zona de bosque que nos conducirá hasta el charcón de agua que sirve de abastecimiento a Aldeanueva de la Vera, y ahí la imagen es espectacular, flores por todos lados rodeando la charca, y un sendero embarrado que más que verse, se intuye bajo nuestros pies. Ahí el sendero pica hacia abajo, lo cuál permite darle al cuerpo alguna alegría, y tras acelerar un poco sin descuidar la prudencia, salvamos una zona muy entretenida con continuas subidas y bajadas hasta llegar a la Garganta de los Chilanes.
Paso por el charcón. Foto: Diana
A esas alturas, mis pies ya iban algo mojados, pero para salvar la citada garganta tocaba sumergirlos "un poco", así que tras el remojón y la momentánea sensación de frío giro a la derecha y empiezo a subir hasta alcanzar los 1070 metros de altitud, punto más alto de la carrera. Tras otra breve parada en el segundo avituallamiento, toca bajar hacia la zona de la garganta del Yedrón. Un miembro de la organización me anima y me dice que baje con prudencia, añadiendo que a partir de ese momento íbamos a tener que mojarnos un poco, ante lo cuál le respondo con una mirada "ojiplática", pues ya llevaba los pies empapados, así que no se que más nos podía esperar. A los pocos metros entiendo el comentario del voluntario, la zona del Yedrón está realmente complicada y a cada paso que das el pie se hunde en el barro. Durante casi dos kilómetros se hace muy complicado correr y, en según que zonas, incluso mantener el equilibrio andando, así que tocaba olvidarse de mejorar el tiempo del año anterior y abrir bien los ojos para no sufrir ningún percance.Tras salvar la zona más complicada de la carrera tocaba afrontar la espectacular bajada del Camino de las Culatas que, para mi sorpresa, no estaba tan peligrosa como imaginaba, así que aprovecho esa situación y el hecho de que soy mucho mejor bajando que subiendo para animarme y ganar algunas posiciones, y tras los kilómetros más divertidos de la prueba zigzagueando ladera abajo, llego al puente de San Gregorio, y, tras un tramo de callejeo, ponemos punto final con 1:49:44.
Objetivo cumplido


Como ya ocurriese en la primera edición, la prueba es un ejemplo perfecto de como organizar un evento deportivo, recorrido impresionante, buena señalización, muchos voluntarios, avituallamientos bien ubicados y una bolsa del corredor notable. Quizá el año que viene a la tercera vaya la vencida y me anime con los 29 kilómetros....o quizá no, ya iremos viendo.

Os dejo el espectacular vídeo de la carrera que grabó Gonzalo Torre.

https://www.youtube.com/watch?v=iepCWxSzJKA 

Nos vemos corriendo.