martes, 31 de marzo de 2015

I Subida al Convento de La Lapa

El Convento de La Lapa, antes de su reconstrucción, fue una ermita construida por el primer Conde de Feria, Don Lorenzo Suárez de Figueroa, en honor a San Onofre. El pasado sábado 28 de marzo tuvo lugar la I Subida al convento de La Lapa, encuadrada dentro de la I Copa de Carreras de Atletismo de Montaña Sierra Gorda. 
Convento de San Onofre
Hicimos acto de presencia los mismos que la semana anterior habíamos disputado el Trail Corto en Cabeza la Vaca, en esta ocasión se unió a la expedición Guille, compañero del Club Atletismo Badajoz. La salida estaba prevista a las 11:30 de la mañana, con lo cuál se preveía una alta temperatura, pronóstico que se cumplió, endureciendo aún más el recorrido. Tras recoger los dorsales y calentar un poco, siempre con la vista puesta en las brutales rampas que habría que afrontar en breve, nos disponemos a tomar la salida. A las 11.30 somos algo más de 60 corredor@s los que afrontamos las dos vueltas a un circuito de 4.600 metros. La pendiente media del recorrido es del 7%, con una pendiente máxima del 28%. A pesar de esos datos no puede decirse que sea una carrera de montaña, pues una vez salvado ese desnivel, el descenso no es nada técnico, y las zonas de bajada y llano posteriores por las que se accede nuevamente a La Lapa son idóneas para gente rápida que se desenvuelva bien en llano y que logre defenderse en las subidas. Por ello, muy pocas caras conocidas de las pruebas que organiza la FEXME se dieron cita en la prueba. En cuanto al desarrollo de la carrera, la salida fue explosiva, como si se tratase de una prueba totalmente llana, así que salí más deprisa de lo habitual para no verme descolgado demasiado pronto.
Tras unos primeros 600 metros totalmente llanos y que nos llevarían a la salida del pueblo, tomamos un camino que comienza a subir sin tregua y provoca que la carrera se rompa. A pesar de esas rampas tan duras, y contrariamente a lo que suele ser habitual en las carreras de montaña, durante la primera vuelta no camino en ningún momento, y completo la subida corriendo, lo cuál me permite adelantar varias posiciones. Se trata de un camino con bastante roca suelta, piedras y ramas, a pesar de lo cuál, no es nada exigente ni peligroso. Una vez coronado el punto más alto de la carrera, giramos a la izquierda y empezamos a bajar por un camino bastante ancho y con algo de roca suelta, pero también bastante fácil, y es ahí donde los más rápidos empiezan a recuperar posiciones y yo a perderlas. Tras el primer paso por meta, la historia se repite, gano algunas posiciones durante la subida, a pesar de que en esta segunda vuelta hice algunos tramos andando.
Durante el descenso y la zona llana que daba acceso al pueblo, vuelvo a perder las posiciones que había recuperado subiendo, y tras un repecho que a esas alturas se hizo bastante duro, giro a la izquierda para volver nuevamente a La Lapa y tras unos doscientos metros de callejeo entrar en meta en el puesto 26º con un tiempo final de 48:23. La verdad es que siempre es una buena noticia la aparición de nuevas pruebas, sobre todo si estas se desarrollan en el medio natural, pero el entorno de La Lapa tiene potencial para organizar algo con más enjundia, algún trail de 17 o 18 kilómetros por el entorno de media montaña que rodea al pueblo sería más que interesante. Ahora solo falta que alguien lo vea y que pueda llevarse a cabo. Por cierto, organización de diez, recorrido muy bien señalizado, muchos voluntarios situados en los puntos clave del recorrido y avituallamiento con agua y fruta más regalo de una camiseta conmemorativa. Creo que es un hecho destacable, tratandose de una prueba gratuita. Y con esta carrera pongo fin a un mes de marzo bastante movido, ahora toca descansar una semana para volver a las zancadas tras Semana Santa y con la vista puesta en el Trail de la Sierra de la Mosca en Cáceres, momento en que volveré a lucir dorsal.

Nos vemos corriendo.

martes, 24 de marzo de 2015

IX Carrera por Montaña Sierra de Tentudía

Esto no para. Aún con el buen sabor de boca que me dejó la carrera de Montánchez, el pasado fin de semana tocaba poner rumbo a Cabeza la Vaca para tomar parte en la Carrera por Montaña Sierra de Tentudía, que este año soplaba su novena vela. Había formalizado la inscripción hacía varias semanas, y al no saber como recuperaría de Montánchez, me inscribí en el Trail Corto (11 kilómetros) en lugar de en la Media Maratón y, como sospechaba, me quedé con ganas de más. 
Perfil de la carrera
Llego a Cabeza la Vaca a las 9:10, y tras aparcar en los aledaños del campo de fútbol me encamino a recoger el dorsal a la Plaza de España. El hecho de haber tres distancias (11k, Media Maratón y Trail Largo) y que la salida de las tres pruebas coincidiese en horario hacía que el ambiente fuese espectacular. Mucha cara conocida entre los participantes, pues a pesar de la coincidencia en fecha con la Maratón y Media Maratón de Badajoz, los habituales del circuito FEXME no quisieron perderse esta nueva cita con la montaña. Casi 500 participantes entre las tres pruebas y 118 inscritos en el Trail corto. Además de los habituales, la cercanía geográfica con Andalucía provocó que los corredores de la comunidad vecina fuesen mayoría. Una vez recogido el dorsal me encuentro con el grupo de amig@s y compañer@s de fatigas en los entrenos "traileros" por el Parque de Tres Arroyos, Lourdes y Ariel, de la AACB, y con Alicia, compañera del Club Atletismo Badajoz, que habían decidido pernoctar en la zona.
Para Ariel y Ali el día era especial, pues era su primera carrera de montaña. Tras pasar el obligatorio control de dorsales, foto de grupo y al arco de salida. La salida es bastante rápida, pues el primer kilómetro y medio es en descenso, y los que aspiraban a disputar la victoria en la carrera corta salieron con ritmos similares a cualquier prueba urbana. Yo me sitúo en la parte media del pelotón, pero pronto empiezo a ganar posiciones, pues como es lógico, los que toman parte en la Media Maratón y en el Trail Largo se lo toman con bastante calma. Tras algo de callejeo por el pueblo cambiamos de superficie y empieza lo bueno: Un camino que desciende para girar a la izquierda y empezar a subir hacia la Cota de Cerro Molino, a casi 950 metros de altitud. La subida es bastante progresiva y se puede correr durante todo el trayecto. Una vez alcanzado el punto más alto del recorrido y superado el primer avituallamiento, situado en el kilómetro 4, descendemos por una pista asfaltada hasta llegar a un cruce de caminos perfectamente señalizado en el cuál tendríamos que desviarnos a la izquierda mientras los participantes en la Media Maratón y el Trail Largo continúan por el camino de la derecha.
Con una extraña sensación de "yo debería haber tomado el otro camino", giro a la izquierda e inicio un descenso precioso a través de una vereda empedrada sin ninguna dificultad técnica pero algo resbaladiza debido a las últimas lluvias. La bajada no dura mucho, y tras una zona donde el barro era más denso, de nuevo el camino se empina y comenzamos a subir a través de una trocha con porcentajes importantes y que me obligan a caminar durante un rato. Tras salvar doscientos metros de desnivel llego al segundo avituallamiento, situado en el kilómetro ocho, y tras parar a beber un poco continúo subiendo durante doscientos metros más hasta alcanzar la Cota La Buitrera, de nuevo por encima de los novecientos metros de altitud. El siguiente descenso fue el más bonito de toda la carrera, con apenas ochocientos metros, pero tenía de todo, barro, piedras, ramas, zarzas, una auténtica carrera de obstáculos que salvé con bastante solvencia para hacer frente al último repecho de la carrera, y una vez superado este, lanzarme a por todas hasta la meta en un descenso interminable que me conduciría hasta la meta. Un tiempo final de 1:02:58, vigésima posición de la general, y quinto en mi categoría fue el broche final a 11 kilómetros de diversión que me supieron a poco, a muy poco. Ariel y Alicia acabaron su primer trail con muy buenas sensaciones y Lourdes, para no perder la costumbre, se encaramó en la tercera posición de la clasificación femenina, un pódium más...y los que quedan. El próximo sábado más, estaremos en la I Subida al Convento de La Lapa.

Nos vemos corriendo.

martes, 17 de marzo de 2015

Crónica I Carrera de Montaña Sierra de Montánchez y Tamuja

Domingo, 15 de marzo. 8:55 de la mañana. Última revisión. Todo en orden: geles, protección solar, portadorsales, que no se escape ningún detalle. Cierro la puerta del garaje y pongo rumbo hacia Arroyomolinos de Montánchez para afrontar la primera edición de esta carrera de montaña que estoy convencido que ha llegado para quedarse y que va a convertirse en cita obligada en el calendario. Conduciendo por la EX-A2 en dirección a Miajadas se puede apreciar la Sierra de Montánchez, las antenas que la coronan, y a las que dentro de un rato tocaría enfrentarse...uf, subidón de adrenalina mientras en la radio del coche suena "I wanna be somebody" de W.A.S.P, dicen que la música amansa a las fieras...todo depende del tipo de música y de la fiera en cuestión. En mi caso no funciona. 
Salida
A las 9:40 llego a Arroyomolinos y tras dejar el coche en el parking habilitado a la entrada del pueblo, en el polideportivo municipal, me dirijo a la salida para recoger el dorsal. El ambiente es muy bueno, como suele ser habitual, y el día acompañaría, si bien a esa hora la temperatura aún era baja. Me encuentro con Víctor Rodríguez, del Villanueva corre...y mucho, con el que hice el recorrido de la carrera hace un par de meses  y me comenta que no está bien porque ha pasado algún problemilla de salud, al final acabó tercero de la general, un auténtico crack. Me dirijo a cambiarme, caliento un poco, pues sobraría tiempo de entrar en calor, y de nuevo a la línea de salida. Con un pelín de retraso sobre la hora prevista comienza la fiesta. Bocinazo de salida y tras unos metros callejeando por Arroyomolinos giro a la izquierda para salir de la población y a divertirse. Tras unos primeros metros por un camino con suficiente anchura y que sirve para que cada uno nos vayamos ubicando, el recorrido comienza a endurecerse y a anunciar lo que vendría después. El camino no tarda mucho en convertirse en un bonito sendero que serpentea por la parte umbría de la sierra para ir ganando altura poco a poco. A pesar del poco tiempo que ha transcurrido, la carrera ya va totalmente rota, y la serpiente multicolor que va ascendiendo a lo largo del sendero cada vez está más fragmentada, y la prueba va colocando a cada uno en su sitio.
Primer avituallamiento
Yo me sitúo en medio de un grupo formado por quince corredores, y que a medida que vamos subiendo va perdiendo unidades. Tras superar una primera zona con desniveles bastante exigentes el sendero gira hacia la derecha y atraviesa un espectacular mirador natural desde el que puede contemplarse una extraordinaria vista de Arroyomolinos. Ahora toca bajar, se trata de la primera gran bajada del día, y la menos técnica. En ese momento, el grupo de quince se ha convertido en un grupo de siete, y, lógicamente, paso de estar en medio a ser la cola de grupo, por lo que me hago a la idea de que voy a ser el siguiente damnificado. La bajada nos lleva al primer avituallamiento, donde además de los voluntarios se habían dado cita un buen número de senderistas que se volcaron dando ánimos a los corredores. Paro a beber y a tomarme el primer gel y esos veinte segundos son suficientes para que pierda definitivamente contacto con el grupo, tarde o temprano tenía que ocurrir. A partir de ese momento la sensación es indescriptible, en soledad y sumergido en el silencio, tengo la sensación de estar haciendo uno de mis entrenamientos en lugar de tomando parte en una concurrida carrera.
Cerca de la cima
Así paso un buen rato hasta que llego al siguiente avituallamiento, donde vuelvo a retomar el contacto humano y junto a un corredor cacereño me dispongo a afrontar las rampas más duras de la carrera, a partir de ese momento y durante bastante rato, tocaría andar. Tras superar esas durísimas rampas por fin se ven las antenas, y aunque aún queda un buen tramo de dureza hasta coronar los casi mil metros de altitud, al menos el terreno da un respiro y en esta zona se puede correr a ratos. Una vez alcanzado el punto más alto de la prueba y tras salvar un estrecho paso en la roca perfectamente señalizado por dos voluntarios comienza la primera parte del descenso, una zona con cierta dificultad técnica pero nada comparable a las dos que aún quedaban por superar. Procurando no levantar mucho la vista del suelo y extremando la precaución, en una de estas veo al amigo José María Díaz encaramado en una roca y cámara en mano, apenas tengo tiempo de saludarle y me pierdo sierra abajo mientras sorteo rocas y matorral a través de un "sendero" que es más fruto de mi imaginación y que de no ser por la excelente señalización y el gran número de balizas hubiese sido imposible de seguir. Tras una zona de falso llano y un pequeño repecho nos sumergimos (en plural, pues de nuevo corro acompañado) en la primera gran bajada del día, el sendero de piedras cubierto de hojas secas cuya peligrosidad aún tenía fresca en la memoria tras el entreno realizado en el mes de enero.
Todo lo que sube...baja
Extremando la precaución bajo todo lo deprisa que mi responsabilidad y mis tobillos me permiten, y tras varios giros a derecha e izquierda, y sin despegar la vista del suelo, cuando después de un buen rato levanto la mirada, me doy cuenta de que estoy en el casco urbano de Montánchez. Parada de algo más de un minuto en el avituallamiento situado en el parque, ingesta de gel, agua y gominolas, algo de charla con un par de "damnificados" que estaban esperando a que les atendiesen y vuelta a las zancadas. Tras un rato de callejeo por Montánchez, abandono el pueblo hacia un camino en muy buen estado, km. 15, dos horas de carrera, ya solo queda la traca final: La peligrosa y eterna bajada que nos conducirá de nuevo hacia Arroyomolinos, especialmente con dos kilómetros (del 17 al 19) de los que quitan el hipo. Eso sí, tan peligrosa como alucinante. Tras un buen rato jugándonos el físico mientras serpenteamos y dando gracias por la ausencia de lluvia de las últimas semanas, nos lanzamos por una roca que pone fin a la bajada y tras girar a la izquierda afrontamos la última subida de la carrera, la que nos llevará al último avituallamiento donde un grupo de siete u ocho voluntarios siguen alentando a los corredores. Esto ya está hecho, tras salvar una pequeña zona de piedras sueltas, giro a la derecha y entrada en Arroyomolinos, ya se escucha la megafonía aunque la meta aún no se ve, y en ese momento mis maltrechas piernas parece que vuelven a la vida, los gemelos que hace un rato se habían subido obligándome a parar están como nuevos, última curva, escucho mi nombre por la megafonía y paro el crono en 2:47. Hacía mucho que, a pesar de la dureza, no disfrutaba tanto en una carrera. Gracias a Diego, a José María y al resto de fotógraf@s por las fotos que ilustran esta entrada y que os tomo prestadas.
Misión cumplida

Como viene siendo habitual en el circuito FEXME, un diez para la organización de la carrera, el trabajo de los voluntarios espectacular, la señalización perfecta, el recorrido....no tengo palabras para describirlo. Tengo el presentimiento de que he corrido la primera edición de la que va a convertirse en una carrera clásica en los próximos años, el tiempo lo dirá, y eso será gracias a mucha gente que durante meses ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo para que esto haya salido así de bien.Voluntari@s, FEXME, Mancomunidad Sierra de Montánchez y Tamuja y también el gran José María Díaz, gran corredor y mejor persona, que me consta que ha sido parte muy importante en este éxito.

Gracias. Nos vemos corriendo. 

martes, 10 de marzo de 2015

Entreno dominical en la Siberia Extremeña

Una vez más, aprovechando que pasábamos el fin de semana en Herrera del Duque, no perdí la oportunidad de entrenar por los parajes que esconde la comarca de La Siberia, desconocida para muchos, y por suerte, cada vez más conocida por mí, aunque aún me queda mucho por descubrir. 
Inicio de la ruta
Con un mes de marzo bastante cargado de competiciones, primero será la I Carrera de montaña Sierra de Montánchez y Tamuja, luego la IX Carrera por Montaña Sierra de Tentudía, para finalizar con la Subida al Convento de La Lapa, era "obligatorio" aprovechar la estancia en estas tierras para seguir con la puesta a punto. De los muchos parajes que cualquier amante del trail y las carreras de montaña puede encontrar en los alrededores de Herrera del Duque, en esta ocasión me decanté por el entorno del paraje de Las Navas. Saliendo de Herrera del Duque en sentido Ciudad Real por la N-502 encontramos un camino asfaltado que sale a la izquierda de la carretera y es el que debemos tomar. Este camino que conduce hasta la planta embotelladora de Nestlé Waters debemos abandonarlo en su punto más alto, en el Puerto de Las Navas. 
Vistas de la caseta forestal
El coche puede dejarse a la izquierda, en una pequeña explanada que hay junto a la caseta forestal. Cruzamos el camino que hemos recorrido en coche y justo enfrente sale un cortafuegos que es el que debemos tomar. Las primeras rampas son durísimas, y es recomendable realizar un buen calentamiento antes si se quieren afrontar corriendo, para evitar males mayores. Una vez salvadas las primeras rampas, con pendientes superiores al 25%, el cortafuegos nos permite ir cresteando durante todo el recorrido, convirtiéndolo en un duro pero divertidísimo rompepiernas, una especie de montaña rusa natural que, al discurrir por la parte más alta de la sierra en lugar de serpentear por las laderas, hace que no haya tregua, y durante todo el recorrido se combinan cortas pero durísimas subidas con descensos vertiginosos, apenas hay dos o tres zonas que podrían considerarse de "falso llano",
 y en las que es posible correr a buen ritmo mientras disfrutamos del entorno, a la derecha la panorámica del cada vez más lejano Castillo de Herrera con el municipio a sus pies, y a la izquierda el paraje de Las Navas, el arroyo Benazaire y el Cerro del Cabezo. El cortafuegos nos llevará hasta la altura del vecino municipio de Fuenlabrada de los Montes, pasando por el Cerro del Cubo, uno de los puntos más altos del recorrido.  El terreno es en su mayoría tierra y roca suelta, con varios tramos bastante peligrosos, sobre todo a la hora de bajar, aunque también encontraremos algunos tramos de tierra más compacta y hierba. 
Con respecto a la altimetría, no hay grandes diferencias de altitud, pues siempre estaremos corriendo entre 600 y 760 metros, eso sí, como ya señalé antes, los ascensos y descensos son muy pronunciados, lo que endurece bastante el recorrido. Por supuesto, recomendable calzado específico a la hora de aventurarse por estos parajes, de hecho, en la última bajada, ya de regreso al coche, tuve un pequeño susto, pues al calzar zapatillas de trail ligero, con un taco no muy agresivo, casi doy con mis huesos en el suelo en una zona con bastante roca suelta. A tod@s l@s que os guste dar zancadas en plena naturaleza os recomiendo una escapada por esta zona de Extremadura, no os arrepentiréis.

Nos vemos corriendo.